Este año pasado 2014, el mundo
del celuloide cumplió una efeméride que no podíamos dejar pasar por alto ni aun
tratándose éste de un blog de geografía. Históricamente, cine y mapas son disciplinas
que no coinciden en demasiadas ocasiones. Podríamos destacar apariciones
cartográficas puntuales, como los mapas de ruta de vuelo de cualquier aventura
de Indiana Jones, las cartas náuticas para buscar tesoros enterrados o enemigos
de la Royal Navy de “Master and
Commander” (Peter Weir, 2003) o los mapas topográficos de relieves en la muy decente “El inglés que subió una colina pero bajo una montaña” (Christopher
Monger, 1995). Aun así, en la película que nos concierne, poco protagonismo tienen la cartografía y los mapas, por no decir nulo.
Master and Commander, Indiana Jones en busca del arca perdida y El inglés que subió una colina pero bajo una montaña
El caso es que en 2014 se cumplieron 20 años del estreno en Cannes de “Pulp Fiction”. Seguro hay mucha gente
que esta película le encante y alucine con el guión, las conversaciones, los
personajes, etc. Así como habrá otra gente que la aborrezca, que considere
agotador oír tantas veces de boca de Jules el “mother fucker” o sencillamente
no sea de su estilo.
Personalmente el cine es una de
mis pasiones, pero sin llegar a poder ser ni un atisbo de un experto en la materia. Aun
así, recuerdo que cuando vi esta película a los catorce años -me sigo acordando
perfectamente del cine de verano dónde la vi, con sillita de madera y al aire
libre- es de las primeras veces que pensé que hacer eso, ver
películas, es algo que me gustaba y siempre me gustaría. Seguramente es la
primera película que tengo un recuerdo completo, no sólo de la trama y la película, sino de las sensaciones
que me produjo y de las charlas posteriores con los colegas comentando la
jugada.
Llegados a este punto, ¿cómo se
le puede rendir homenaje a una película como Pulp Fiction en un blog de geografía y mapas? Pues no se me ocurre
nada más que seguir el rastro que van dejando por Los Ángeles dos de los
protagonistas, en este caso, Butch Coolidge, más conocido como “Bruce McClane
Willis” y Vincent Vega, o más conocido como el renacido “John Travolta”.
En el cine, una de las cosas que
se suelen saltar a la torera es el concepto del espacio-tiempo. Esto no lo digo
porque se rueden películas de Star Wars en el desierto de Túnez o transformen
Nueva Zelanda en Mordor o La Comarca. Tampoco me refiero al hecho que nos
lleven de viaje a planetas poblados de monos o nos metan en agujeros de gusano
como en la reciente y recomendable Interestelar (Cristopher Nolan). A lo que me refiero, es que en
películas como Pulp Fiction, las horas y los kilómetros que van transcurriendo entre secuencias suelen importar
poco, por lo que los personajes van dando tumbos y salvando distancias físicas
y temporales que ni en el mejor de los casos se puede hacer en la realidad. Yo no he tenido el
placer de estar nunca, pero seguramente si le preguntas a alguien de Los
Ángeles si es fácil cruzarse la ciudad “en un ratito” (y no hablemos de
llevando un tío al que le han volado la cabeza en el asiento de atrás) se te
ríe en la cara.
Pero bueno, ¿es esto realmente importante si se trata de llegara a tiempo para salvar a la esposa del jefe
de una sobredosis de caballo (figurada y literalmente) o para recoger el reloj heredado
de tu padre y que llevó metido en el culo durante 5 años y después estuvo en el
de Cristohper Walken 2 años más?. Personalmente, esta secuencia en la que cuentan
esta historia es una de las partes de la película que más me ha gustado siempre,
pero como flashback dentro de la trama, queda fuera del recorrido dibujado.
Así que, volviendo a la
ingeniería cartográfica, dejar constancia que Vincent Vega se recorre en un par
de días la friolera de 205 km por la ciudad, mientras que Butch se queda en
73km, aunque en su defensa hay que decir que se pasa un buen rato de la peli sentado
en una silla en la tienda de Maynard, con Zed, esperando su turno para…
Sin más, para poder seguir a este
par de personajes, aquí está el mapa de Pulp
Fiction, totalmente interactivo y con clips de la película en cada punto del
recorrido por donde nos va conduciendo Tarantino dentro de Los Ángeles, mientras algunos intentan cobrar el dinero que les deben unos jóvenes comedores
de hamburguesas Big Kahuna u otros son atracados mientras disfrutan de un
desayuno en una típica cafetería estadounidense.
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