La palabra Ecúmene ha sufrido
un vuelco de significado según la humanidad ha pasado de concebir geográficamente
el entorno y el mundo como algo inhóspito y mitológico a cartografiar hasta el
último centímetro cuadrado del planeta. De esta forma, mientras que en las
épocas antiguas, Ecúmene era la
palabra con al que se referían a la parte de tierra que estaba bajo dominio de
una cultura y civilización propia, excluyendo al territorio oculto que quedaba más allá de sus fronteras y/o
conocimiento, actualmente Ecúmene se
refiere a la “Comunidad humana que habita una porción extensa de la Tierra”
(Real Academia Española), pues el más allá geográfico ya no existe.
Es cierto, situándonos en la Grecia clásica no seguimos el avance de la
historia respecto a los anteriores artículos. Pero con total libertad se ha
considerado que uno de los más insignes
personajes de la geografía antigua
merecía un viaje atrás en el tiempo. Éste, seguramente será más recordado por
ser el padre de la historia, pero Heródoto de Halicarnaso (s. V aC) fue sin
duda un geógrafo excepcional, y en gran parte, sin saberlo, de los primeros geopolíticos que ha existido nunca.