19 nov 2014

¿Y SI HACEMOS UN MAPA DEL “SHOCK”?...

¿De qué va esto del “Shock”? Bueno, en esencia viene a ser el estado de desconcierto en el que entramos cuando sentimos que los acontecimientos que nos envuelven nos superan. Estamos como noqueados y eso hace que no seamos capaces de reaccionar, que nos convirtamos en entes muy vulnerables. Sin embargo, ese estado de shock no tiene por qué ser sobrevenido, sino que generalmente es inducido. ¿Cómo? Sencillo, con miedo. El miedo es un mecanismo de control que los poderosos han utilizado a lo largo de los tiempos para controlar al más débil. 

En los tiempos actuales, el shock se viene produciendo de mil formas. Generalmente tiene mucho que ver con el control del poder financiero, el imperante en nuestros días, y los medios para generarlo: crisis económicas, guerras, epidemias… Son algunas de las herramientas de la “Política del Miedo”, con papel relevante para los grandes grupos de comunicación, que se encargan de transmitir el mensaje paralizante. Ya se sabe, quien controla la información…

Por todo esto se nos ocurría por estos lares “blogueros” aquello de ¿por qué no hacer un mapa del Shock? No es sencillo sintetizar, seguramente porque probablemente es imposible de abarcar en un solo mapa, pero aun así, cuanto menos, vamos a intentar cartografiar este fenómeno, tan resbaladizo y al mismo tiempo tangible.


El mapa está confeccionado en un tamaño A1 y su visualización en pantalla a efectos del texto puede ser compleja. Para quien quiera se puede descargar un pdf haciendo click AQUÍ

El ejemplo de la crisis económica es claro, se sabe que es un fenómeno cíclico y relativamente previsible en el tiempo. El ruso Kondrátiev  identificó las fases del ciclo económico en su teoría de “Las ondas largas en la vida económica”, hablando de una “primavera” de gran crecimiento inflacionista, un “verano” de estancamiento, un “otoño” deflacionista, pero beneficioso en épocas de estancamiento y, por último, un “invierno” deflacionista que llevaba irremisiblemente a la recesión. Sin embargo, no se quedaba ahí, sino que relacionaba los ciclos con los cambios tecnológicos y asociaba a estos ciclos cambios sociales y cambios anímicos de la población. Su teoría habla de ciclos con duraciones entorno a los 50 años, aunque, visto lo visto, parece que los ciclos se van acortando.



Otro “bonito” ejemplo es la “crisis” del Ébola. ¿A nadie le resulta curioso que desde 1976 no se haya logrado producir una vacuna que ahora nos anuncian casi para la próxima primavera de 2015? Han bastado 3 casos de infecciones en Estados Unidos y un único caso en España para que la industria farmacéutica se ponga manos a la obra, mientras en África caen como chinches desde hace años… Vaya, un curioso milagro. De la misma forma podríamos hablar de las numerosas guerras activas en el mundo, conflictos no resueltos que mantienen permanentemente activa a la potente industria armamentística y las fuerzas de poder de estado como medida de protección y de seguridad nacional ante peligros que en algunos casos están más infundados que lo que realmente son.

En 2007 Naomi Klein publicó un trabajo de investigación y documentación que llevaba por título “La Doctrina del Shock”, en el que  recopilaba un rosario de casos prácticos implantación de las políticas neoliberales aprovechando y, en muchas ocasiones, generando, estados de desconcierto generalizado que les abrían las puertas de par en par. Las variantes son numerosas, desde el apoyo a regímenes dictatoriales, aprovechar estados de guerra, el potenciamiento de la especulación más salvaje que acaba generalmente en crisis económica, cuando se recogen beneficios y se refuerza el sistema. 

Se aluden muchos ejemplos, Chile, Argentina, el ascenso de Yeltsin en Rusia, el caso polaco, las políticas económicas de la administración Reagan en Estados Unidos y de Thatcher en Gran Bretaña, el aprovechamiento de desastres naturales (el desastre del Katrina, tsunamis en el Sudeste asiático...), incluso el ejemplo del capitalismo imbuido en regímenes supuestamente comunistas (véase el caso de China). En él, Klein señala como principal precursor de esta "doctrina" a la figura reconocida con un premio Nobel en economía de Milton Friedman, padre de la llamada "Escuela de Chicago". Klein hace un profundo análisis de las ideas económicas anti-intervencionistas y desreguladoras que Friedman propugnaba y que incluso consiguió que se llevaran a cabo mediante la formación y el asesoramiento en diversos lugares. Chile fue su perfecto laboratorio.

En 2009 se realizó un documental basado en este trabajo . No refleja en su totalidad el contenido del libro, pero uno se puede hacer una idea más o menos clara del asunto.  Hoy día, la crisis en la que vivimos sumidos, de forma especialmente aguda en el Sur de Europa, es un fiel reflejo de la aplicación de estas teorías.

Desde el particular punto de vista del que suscribe, Klein no es que aporte nada nuevo en cuanto a las teorías y métodos empleados, sin embargo, su mayor aporte es la geografía. Pone casos y lugares concretos, le pone cara al asunto. Nosotros tratamos de hacer algo parecido con nuestro mapa.

Existe en internet una ingente cantidad de artículos relacionados con estos asuntos, un buen ejemplo es el post que Juan Pérez Ventura escribe en el blog “El Orden Mundial en el siglo XXI” titulado precisamente “La Geopolítica del Miedo” en el que profundiza sobre todos estos temas.

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